Digamos que es un día con el corazón ludópata, jugando a ruletas de monocolor que no saben contar.
Digamos de nuevo que el momento de cruce de dedos llega a su término, que la última saliva que tragué llega a su destino y que gano ficha.
¿Quieres jugar y perder o ganar todo en una apuesta?
Digamos que hablo de ambigüedades.
Digamos que nunca pronuncié estas palabras y marché con fichas del parchís en los bolsillos, que la inercia no conoció su declive, y sigue y sigue dándo vueltas, hasta que nos volvamos a encontrar....
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