sino con un choque inevitable con una de tus pupilas. La contigua me espera
para no dejarme respirar en una posible duda de tus labios.
Y juegas conmigo a no cansarme mientras no dejas de presionarme.
Este ying-yang tan raro que me has inventado como terapia, con su punto dulce y amargo.
Nunca es aparte.
Este es nuestro momento de suspender exámenes y crear un cero tan grande que nos cubra y aisle de la lección de probabilidades.
Lancémonos a la calle a Socratizar, que cualquier todo será correcto y si alguien piensa en sogas, que sea doble por favor, con una gotita de limón y mucho azúcar.
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