- ¿Mamá, no te parece extraño vivir?
- Bueno, a veces si.
- ¿ A veces? Lo que quiero decir es si no te parece extraño que exista un mundo.
- Pero,Sofía, no debes hablar así.
- ¿Porqué no?¿Entonces, acaso te parece el mundo algo absolutamente normal?
- Pues claro que lo es. Por regla general, al menos.
- !Bah¡ simplemente estás habituada al mundo, que te ha dejado de asombrar
- ¿Qué dices?
- Digo que estás demasiado habituada al mundo. Completamente atrofiada,vamos.
- Sofía, no te permito que me hables así.
- Entonces te lo diré de otra manera. Te has acomodado bien dentro de la piel de ese conejo que acaba de ser sacado del negro sombrero de copa del universo. Y ahora pondrás las patatas a cocer, y luego leerás el periódico, y después de media hora de siesta verás el telediario.
- ¿No te habrás metido en algo de drogas, hija mía?
- ¿estás loca?.
Y no se dijo nada más aquella tarde, ni sobre drogas ni sobre el conejo blanco.
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