Desapareció. Salió corriendo el último reflejo que jugaba al Póquer con mis muecas.
Se han roto tus interminables centímetros de gruesas y finas capas intercambiables
que buscaban venderse entre los diferentes estados anímicos diurnos.

Invisibles para un todo, insignificantes para el árbol de Adán, siendo ya un maltratado matojo.
¿Sabes?, hice licor de cada una de las manzanas que mordiste y me emborraché mirándome a ese espejo esperando una musa que disfrazara cada hoja que te escribí.
Tienes mi perdón, pero el paraíso ya no existe.
Además, las importaciones ya no salen rentables.
http://www.youtube.com/watch?v=lDF0YzvtbIQ&feature=related
No hay comentarios:
Publicar un comentario