martes, 27 de abril de 2010

Requiem por un sueño...

Núnca una canción pudo ser más siniestra.
No veo los colores inspirados en Dalí de la pasada noche, y por momentos descubro nuevas tonalidades de gris que creía inexistentes.

El negro me invade, me invita a pasar con él la noche, quizás algo más.
Me acaricia el pecho, sube al cuello y hace un amago de estrangulamiento, pero sus yemas de los dedos presionan cada vez menos mi yugular.

No tengo miedo, y me pregunto si debería tenerlo. ¿Pensarlo es poseerlo?
Me recuesto del lado en la cama, flashes se despiertan en mi cabeza.
Estoy en el mar, me ahogo, pero sin embargo el agua no es mi enemiga, solo el aire que respiro.

Mi cuerpo bucea instintivamente bajo la salinidad de aquel traidor y mis ojos perciben todo aquello inescrutable, inexistente por el momento.
¿Esto es lo que me querías enseñar? Ahora...dormiré a tu lado..

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