Roads...

Ha llegado el momento de decir adiós. De llenar la maleta con una sola muda. De beber toda el agua posible por si llegase la sed.
De matarte en un abrazo porque no te volveré a ver.
De cegar tu mirada tras observar mis húmedos lagrimales.
Coger una hoja y un permanente, envenenarme con gomas de Milán y mudar mi coraza, pues llegan nuevos tiempos.
Comenzar a caminar, desengancharme de esta posición fetal y romper mis extremidades, ser toda yo simplemente una mente caminante.

Ahogar la artrosis de mi corazón y manchar mis manos de equivocaciones, siempre pueden escurrirse entre mis dedos. Algún día en los tuyos también, cuando nuestras manos sellen un mismo pálpito.

Y....

Digo adiós porque mis lágrimas no merecen oportunidad.
Digo adiós porque caducaron mis sonrisas y no me gusta reciclar.

Digo adiós porque no quiero sentir falsos abrazos y sí encontrar tu mirada clavada en mi entre la multitud.

Digo adiós por no desaparecer por siempre y guardar la soga en un cajón.

Digo adiós porque me cansé de comer pipas, por cada una de ellas un pensamiento.

Digo adiós porque me cansé de colorear espacios en blanco con plastidecor de la infancia.

Digo adiós porque no lloraría en un funeral.

Digo adiós porque olvidé el tacto de tus manos.

Digo adiós porque olvidé hablar y me tatué esta palabra recordar aprenderla de nuevo.

Digo adiós porque esta canción me induce y en su último acorde dejaré morir el bolígrafo.

Llegó el momento... -silencio, escucha...


Adiós.